La industria del cemento recuperará los niveles prepandemia a final de año, según las previsiones de Oficemen
Las estimaciones indican que el sector cerrará 2021 con un incremento del consumo del 9 %, y con un cálculo de crecimiento del 3 % al 5 % en 2022
El consumo de cemento en España creció un 13 % en los primeros ocho meses del año, en comparación con 2020, hasta alcanzar las 9.581.951 toneladas. Estas cifras suponen un incremento de 1,1 millones de toneladas en comparación con el mismo período del año pasado, según los últimos datos publicados por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo en la Estadística del Cemento.
Aunque el volumen de ventas alcanzado es un 2 % menor al que se consiguió en 2019, desde Oficemen señalan que, para finales de 2021, se estima un crecimiento del 9 % respecto a 2020, llegando a niveles muy cercanos a los de antes de la pandemia.
Al cierre de agosto, la obra civil representó el 50 % del consumo de cemento en España y, por su parte, la edificación residencial, el 32 %.
Previsiones para 2022
De cumplirse las estimaciones, el sector encara el próximo año con perspectivas de ser el mejor de la última década, calculando un aumento entre un 3 % y un 5 %. “El próximo año podría ser el mejor de la última década, aunque muy lejos de los años del boom de la construcción", indicó José Manuel Cascajero, presidente de Oficemen.
Retos de futuro para el sector
Las buenas previsiones para 2022 vienen favorecidas por el aumento de la licitación de la obra pública (+70 %), y por la llegada de los fondos europeos para el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que se espera, actúen como catalizador, especialmente para potenciar los proyectos de infraestructuras del agua y medioambientales en línea con los objetivos europeos.
Actualmente, los costes variables del sector suponen un 42 %. Desde Oficemen, reclaman “una reforma estructural del mercado eléctrico” para favorecer el avance de la industria y poder hacer frente a la escalada en los precios y de los derechos de emisiones de CO2, así como medidas similares a las que ya tienen en Francia o Alemania, países en los que se compensa ese sobrecoste con menores impuestos y exenciones y compensaciones por parte de los Estados.